Desde el primer momento comprendí que estaba llena de una peligrosa sonrisa, de un terrible atractivo. Como todas las mujeres bellas, incubaba el pecado dentro de su cuerpo.
Eduardo Zalamea Borda, 4 años a bordo de mí mismo
Hágale que si no mata, engorda
Desde el primer momento comprendí que estaba llena de una peligrosa sonrisa, de un terrible atractivo. Como todas las mujeres bellas, incubaba el pecado dentro de su cuerpo.
Eduardo Zalamea Borda, 4 años a bordo de mí mismo