Poseía un cerebro excepcionalmente crítico y en una edad en que la mayoría de las muchachas se interesaban casi exclusivamente en trapos, novelas románticas y bailes, ella era colaboradora regular y prestigiosa de las publicaciones científicas de carácter marxista.
Rosa Luxemburgo perteneció a esa generación de mujeres famosas que combatieron frente a obstáculos casi insuperables para conseguir lo que los hombres de la época consideraban exclusivo y Perenne. Ser intelectualmente considerada exigía de una mujer una auténtica sed de conocimiento, mucha tenacidad y una voluntad de acero. Rosa Luxemburgo tuvo todas esas cualidades en el grado más elevado.
Angélica Balabanov, Mi vida de rebelde.